No sé qué tengo en la cabeza, pero me encanta empezar hojas nuevas, tanto de libreta como folios. Me esmero en volver a hacer la letra inteligible y me reclino sobre la mesa para concentrarme de nuevo en lo que estoy copiando o escribiendo.
Luego, a medida que avanzo sobre la hoja y ésta se va consumiendo, me vuelvo a abandonar. Ya no importa escribir bien o bonito, sólo acabar la página para empezar otra.
Es, más o menos, la misma situación que cuando empiezo el día (o cualquier actividad nueva). Empiezo con ganas y decidida, pero eso sí, nunca sé cómo acabarlo.
Será por hojas en blanco...
ResponderEliminarhttp://www.diariodedillinger.blogspot.com/
MuuacK!
Me ha hecho gracia leerlo; pensaba que era el único que comenzaba hojas y hojas escribiendo con buena letra, para acabar con medio folio en blanco, y otro medio repleto de tachones.
ResponderEliminarUn abrazo, sigo leyéndote.