jueves, 11 de noviembre de 2010

Anoche

Las botellas de cerveza esparcidas por todo el comedor son el rastro que deja a su paso el huracán. El sabor a tabaco de la boca y el ambiente cargado son las huellas del crimen cometido contra las cajetillas y los muchos cigarros consumidos. El pinchazo en la sien que siente cuando mueve la cabeza, el recuerdo de días mejores o peores, en todo caso, pasados.
Al intentar recordar la noche pasada, únicamente ve flashes que al intentar compreder, desaparecen. Imágenes inconexas que sólo es posible conseguir con altas dosis de alcohol mezclado con alguna que otra sustancia verde. Intentos malogrados de olvidar y prometer luz nueva bajo la almohada, si es que es posible que allí llegue un mísero rayo de sol. Pero esta noche no, esta noche no han habido lamentos hasta el amanecer, sólo la alegría del reencuentro. Promesas sí, demasiadas como para poder cumplirlas, pero lo importante es que había gente a la que prometer. No esa imitación barata de promesas que una se hace a sí misma y que luego ignora porque dan demasiado miedo o simplemente carecen de sentido. Anoche hubo calor, abrazos, brindis y amigos. Aunque sólo fuera en su imaginación.

3 comentarios:

  1. Las promesa, cuando van acompañadas de calor y de abrazos suelen cumplirse.

    besos

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  2. Gràcies per les visites, que mai et dic res. S'agraixen molt!

    Besets
    M.

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  3. socorro. Te escribo este finde, te mando la carta espero que el sábado por la mañana. Te echo de menos. Leí tus entradas, pero no me paré a comentarlas, entraré en otro momento para hacerlo, solo quería decirte SOCORRO.
    Un besazo guapa:) espero que estés bien. Te quiero.

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