Desnudez infinita ante unos ojos que no ofrecen la respuesta buscada. Segundos que amenazan con no terminar mientras se espera que una boca hable de nuevo.
Ya no valen los besos, caricias o abrazos; ha llegado el momento de los verbos y las acciones. Todo tendrá que ser demostrado y actuado. No obstante, por ahora, sólo sirven dos palabras que no terminan de llegar.
Ya no valen los besos, caricias o abrazos; ha llegado el momento de los verbos y las acciones. Todo tendrá que ser demostrado y actuado. No obstante, por ahora, sólo sirven dos palabras que no terminan de llegar.
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