domingo, 7 de abril de 2013

Moradura

Anoche sentí ese moratón que tú jamás me harás. Volví a notar el dolor que se siente cuando te das en ese punto exacto, que no es buscado pero que sabe hacerse notar. No voy a mentirte, también tuve ante mi rodilla maltrecha un beso, un labio, que me dijo que pronto sanaría.

Alguien vino, me besó y me dijo que esa marca de la rodilla pronto se borraría; pero acabó por ignorarla, hizo como si no existiera. Yo terminé por ignorarlos a ambos, a la marca y a él.

Ayer la sentí y dolió comprender que no la habías provocado tú, no estabas. Esperaba poder explicarte el por qué, pretendía darte todas las explicaciones; demasiadas, como casi siempre. Pero resultó que sólo pude dárselas a él; a ése él que nunca podrá entenderme porque no le permití entrar en mi vida, sólo en mi cama.

Le dije que son demasiados golpes, que tanto moratón no debe ser sano;  pero no contestó con tu risa, sólo con un beso mal dibujado en una rodilla que no necesitaba más excusas.

Sí, ayer tuve unos labios que besaron mis heridas, pero sigo esperando los de verdad. 

2 comentarios:

  1. La iaia diu que es millor que surti el blau perquè així el dolor no queda a dins.

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  2. M'encata la iaia... Totes les iaies tenen raó.
    M.

    P.d. Bonica!!!

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