viernes, 19 de diciembre de 2014

Mis trasticos


Nunca pedían nada inalcanzable. Sólo las pompas de jabón determinaban el momento inexacto de la destrucción, o no.

Si había algo que las definía era, váyase usted a saber por qué, los broches; no importaba si eran búhos o burros. ¿Qué más? Les gustaba mirar el fuego, que no a los ojos. De ahí tanta vela.

Tenían un boli morado por el que se peleaban, unas gafas de miope que no quería ninguna y, también, un destornillador que sólo servía para dejar claro que no se habían peinado, pero disimulaban. Por lo visto, también tenían los pendientes de domingo. Nunca sabremos para qué día fueron destinados el resto, los monstruos.

Los pintauñas de colores sólo disimulaban las grandes pompas de jabón; ésas que, al final, salen del pompero sin saber por qué. Las mismas por las que soplas una vez más esperando una respuesta diferente.

No son las mismas en las que que la magia se pierde; son ésas en las que miras un pompero, y sabes lo que se ha de hacer, esperar la magia.

No descubriremos nada, la magia está servida. En sus manos lo dejan.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Contentos

Hay días en los que las dos necesitan que el sol salga por el oeste, pero también los hay que no están pensados, se desarrollan. Hay días de cama, otros, de café. También los hay de cervezas. Días que son momentos. Todos valen.

Como no saben hablar, escriben. Como tienen tiempo entre actos, imaginan. "Todo está en equilibrio", dice la Funambulista. "Las telas están preparadas", contesta la Trapecista.

El Circo sigue. Todos están contentos. 

sábado, 25 de octubre de 2014

Volverían

Las dos lo tenían claro, pagarían por volver a aquellos años, a los cafés que se enfrían solos, a saltarse las clases porque había novedades en el frente, a las paradas de metro mientras se hace tiempo. Volverían, por verlos a ellos una vez más sin prisas, los necesitaban.

En aquel tiempo los Payasos tenían nombre, incluso ellas. Gracias a todos.

P.D. https://www.youtube.com/watch?v=MdOvvI5kD8o

martes, 7 de octubre de 2014

Letra pequeña

Había veces en las que la Funambulista debía hacer el papel de la Contorsionista, el Circo lo pedía. Necesitaban a alguien capaz de meterse en una caja y salir indemne mientras la gente sufría por verla salir del cajón.

Ella preparaba los números igual: miraba la caja y pensaba que iba a hacerlo, el cable no era tan distinto de los muros de cristal. Muchas noches salía de Funambulista y volvía al camerino como Contorsionista. Estaba en contrato, pero nadie le advirtió de la letra pequeña.

Esa letra que siempre jode, esa letra que nadie mira pero que está; ésa que parece insignificante, pero que marca los años de hipoteca-vida. Con ésas iba ella, la Funambulista, reconvertida a ratos en Contorsionista.

Empezaba la una y terminaba la otra, cosas de la letra pequeña, casi sin previo aviso. El contrato, por lo visto, nunca estuvo del todo claro. Además, por suerte, era indefinido.




jueves, 25 de septiembre de 2014

Hay veces

Siempre se dice que hay promesas que no valen nada, pero es que hay veces que las promesas sobran. Hay veces en las que se está segura (o medio) del suelo que se pisa. Se sabe resbaladizo, complicado, sin un último peldaño. En esas ocasiones es mejor no pensar, subirse al cable o al trapecio y olvidar el posible golpe.

Hay veces que llueve aunque haya sol; hay veces en las que el escenario parece antiguo pero lo que se vive dentro es muy nuevo. Hay, otras, en las que no necesitas nada para saber que una ducha rejuvenece. También hay otras en las que no hace falta nada más que una cama.

Hay veces en las que no hace falta decir que "siempre hay veces". A veces pasa.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Todo

Todo es nada, Todo es un momento entre paréntesis, igual Todo es un rato. Sólo eso y, quizá, menos mal. Está bien tener un rato en el que los diagramas, las encuestas y las cifras del paro no importen. La Funambulista está cansada de no saber, de hacerse la ignorante, de luchar contra cifras que no llevan más que a la desilusión constante. No quiere más diagramas que marquen su tristeza, ella sola se basta.

Todo es ya, Todo es ayer, supone que Todo será mañana. Fin. No obstante hay cosas que se empeñan en ser, en su día a día, y le alegran. La Funambulista, tensado ya el cable y con el ensayo general hecho, va iniciando el recorrido. Nunca ha dicho que sea feliz, aunque no pide más, tampoco menos. Va viendo, aguantando los aires que desestabilizan, soportando aquello que le devuelve al cable. Allí está bien, se siente segura.

Supone que no sabemos nada, pero tiene Payasos que le alegran, Motoristas que se inmolan, Dueñas que la quieren y Trapecistas que la entienden, con eso le vale. El Circo es lo que tiene, son una gran familia.

Aunque no sepamos Nada, sentimos Todo.


Adiós (a los derechos de l@s trabajador@s)

-Si todo vale, yo me despido. Dijo la Funambulista.
-No, mantendremos a los que podamos. Dijo La Dueña.
-Pues eso. Adiós.




domingo, 20 de julio de 2014

Vale ya

Ya está bien, siempre son los malos los mismos. Cansadas andamos de palestinos-kamikazes y de menos mal que tenemos a Israel. Vale ya de medias tintas, vale ya de ataques infundados a Podemos. Vale ya de todo.

Por eso ellas viven mejor entre cables, sin nadie que les recuerde que mañana es 21 de Julio. Vale ya, por favor. Como todos, habréis de asumir miedos; aceptar que entre derecha e izquierda viene alguien pegando fuerte. Vale ya de ataques idiotas y malintencionados que únicamente surgen del miedo a lo que nos puede ser arrebatado (desde el poder, digo). Con lo a gusto que estábamos nosotros mandando. Vale ya de teorías venezolanas, vale ya de subterfugios inventados. Dad la cara, es todo mucho más fácil.

Asumid que no lo hicisteis bien, que se os comen, pensad (si queréis, que no lo necesitamos, en cómo volver. Si os apetece). Pero dejad de despreciar a todo un pueblo que se nota, que respira. Una marea de gente que no quiere dueños. En eso ellas están de acuerdo.

Se niegan a identificarse con nadie más que su cable o trapecio, pero no están dispuestas tampoco a esperar el susto que deje a la cultura muerta (de risa).



domingo, 13 de julio de 2014

Sábado noche, nadie esperando más allá de la red, todo en orden. Era bueno disfrutar de una noche de descanso en pleno mes de julio. Todos en sus casas y ellas en la roulotte, la semana que viene ya vendría.

Dejaron de lado los estiramientos previos y las comprobaciones de cable y trapecio. Hoy era día de fiesta, hoy nadie iba a venir con "en dos minutos salís", aunque fuera la dueña.  

jueves, 10 de julio de 2014

Un rato

Nunca sabría decir cómo pero la Funambulista saltó sin red de fondo, eso era lo mejor. Consiguió llegar al otro lado sin prisas, sin respiraciones contenidas. Llegó la noche y dijo que sí, se descargó del peso y miró al cable; hoy era el momento y suponía que el público sería escaso, eso también iba a ser de lo mejor de la noche.

Sólo un punto en la espalda iba a ser el símbolo de la derrota, todo lo demás había sido triunfo. Sólo una marca que, como ella ya sabía, tardaría unas semanas en desaparecer. El precio por fumar, ya se sabe. Balcón abierto y luz en la mesita desembocaba en picadura sin necesidad de preguntarse por qué.

Como resumen era poco; se dejaba las risas, el agua caliente de una bañera, las conversaciones entrecortadas, los libros, las frases que quedaron a medias, las preguntas que no se llegaron a pronunciar. Estaba bien, no obstante. A pesar de los mosquitos, parecía que todo había funcionado sin necesidad de red.

P.D. A veces, sólo eso funciona, y no está mal. Aunque sólo sea por un rato.

sábado, 5 de julio de 2014

Ausencias

Sus ausencias nunca duraban más de un segundo. Sólo eran susto, sólo un no-volver-a-la-realidad, el tiempo suficiente para que el susto llegara. Nunca explicaba qué significaban, pero decía mucho con aquellas no-palabras.

Suponía la Trapecista que eran los momentos en los que la Funambulista buscaba una realidad inventada, que nunca tendría sentido. No lo buscaba tampoco, le comentó. Iba a disfrutar con los ojos cerrados, con el cable cerca pero sin red, tampoco nos pasemos. Ella había nacido para el Circo y había ciertos límites que no estaba dispuesta a sobrepasar.

No se iba a dejar engañar, tonta tampoco era. Los ojos cerrados sólo se mantendrían mientras ella quisiera; el resto del Circo sólo le iba a servir de consuelo cuando llegara la caída. Porque sabía que llegaría, no había más opción. Por eso escribía, siempre supo decir más escribiendo que hablando; tampoco sabía manejar unos ojos mirándole de cerca.

No, amigos, la Trapecista estaba convencida de que la Funambulista no aguantaría ningún cable sin su previa supervisión; sabría qué hacer y cómo manejarlo. Por ese lado estaba tranquila. Lo que realmente le preocupaba eran aquellas ausencias, aquellos momentos en los que no estaba y volvía como si nada. Cuando todos aplaudían y ella no sabía por qué.








viernes, 27 de junio de 2014

El circo sigue....



Dicen que escribir en caliente nunca es buena idea, quizá tengan razón. No obstante, ya hace días que las dos se lo veían venir. La jefa acabaría dando un golpe sobre la mesa, pretendía reponerles el sitio en el circo, el que ella pensaba que merecían ocupar, pero sin que ellas lo hubieran pedido.

Es cierto, todo giraba entorno a ellas, lo sabían, pero sin mal ambiente entre todos los que conformaban el circo. Mañana la roulotte saldría en busca de nuevos escenarios y las dos tenían claro que el cable y el trapecio no iban a quedarse en tierra, esto es el circo, amigos. Ellas venden. Pero no sólo eso, ellas hacen respirar al circo, lo tenían claro. Por eso aquel toque de atención a los circenses de la dueña-que-no-manda lo recibieron como un halago, pero también como un intento de ella de querer ser-ahí sin saber que no se puede entender nada si no se prepara el acontecimiento. Se vive. Quizá nunca llegue, pero hay que estar preparados.

Le dijimos a los demás que no ataran los hatillos y se fueran. Eran necesarios, los necesitábamos a todos. No se puede montar un circo con una colgada y una triste que no quiere cables, tampoco sin una mano firme que ponga orden, o que desordene, más bien (sigue sin saber nada). Estamos todos en el mismo barco y hemos de llevar el circo adelante, con la ayuda de todos los circenses.

Tenemos más espectadores que el resto, no lo negamos, pero sabemos que sin aire no se puede vivir.

Sí, nosotras somos las elegidas, nos gusta, además, pero no queremos estar solas en esto.



viernes, 20 de junio de 2014

Mirar desde abajo

Estaban convencidas. Llegaron a la misma conclusión las dos. El circo aumentaba, pero todo giraba entorno a ellas. Todos venían a ver su espectáculo, y de paso al resto.

Querían potenciar sus números, nuevas acrobacias con cable y trapecio. Se devanaron los sesos buscando qué modificar. El Prestidigitador avisaba que no iba a estar, el resentimiento del Payaso triste no era motivo para parar. El Domador debía salir del circo, siempre dijimos que no queríamos animales-fieras en estas pistas. El Mago no terminaba de funcionar.

Necesitaban remodelar la plantilla. Gente que no fuera a mirarlas desde abajo, esperando, con miedo. Todos ellos habían levantado la cabeza para ver lo que, se suponía, era una rutina; hacer lo que se sabe hacer, cada noche. No lo entendían, todo estaba controlado, el cable y el trapecio.

No obstante, el Prestidigitador pensaba que las engañaba, el Payaso que nunca lo verían y el Domador las miraba desde una jaula que creía su cárcel. Ellas sólo pretendían mostrar lo que podían hacer, sin juicios ni espectadores.

Mirar desde abajo nunca muestra lo que pasa antes de saltar a la red o el trapecio. Sólo es esperar. Todos ellos hablaban de su miedo, nunca pensaron en los suyos. No las querían ver caer, pero tampoco pensaron en lo que un fino cable supone. Tampoco lo que puede ser olvidarse del público, lo que es hacer lo que se quiera cuando se preste el momento.

Señores circenses, relax. No sabotearán sus respectivas actuaciones, que no se vaya el Prestidigitador y que el Payaso recobre su nombre. Del Domador sólo dirán que tenga a sus fieras más que bien cuidadas, que se cuide también.

El resto de circenses también son bienvenidos. Todo lo que sea quitar protagonismo a la Funambulista y a la Trapecista, que no se empeñen en mirarlas desde abajo, es una novedad.

Miradlas a los ojos. Que os dejen. Es la única premisa.

martes, 17 de junio de 2014

Merendar en las nubes

¿Merendar en las nubes? Jamás practicó para eso. ¿Salir con una red de fondo? No tenía ningún sentido. Las dos se empeñaban en demostrar que las redes no servían para nada, que estaban por puro decorado.

Los demás las esperaban abajo, aguantando el aire durante su número. Es posible que los demás lo pasaran mal, pero ellas habían crecido entre cables y engaños. Un número más no iba a suponerles el salto al vacío. Siempre que saltaban tenían a alguien mirando, con la respiración contenida y el susto en el cuerpo. Amigos circenses, no son tontas, saben el suelo que no pisan.

Que no se paren las rotativas pero que se encienda la magia, que venga el Mago. Algunas veces llega y es real. Era el tipo que faltaba en el circo. Tuvimos a un  Prestidigitador que sólo pretendía contentar a todos con su mentira. Un payaso triste que se quería vender a las fieras.  Ilusionemos al público con que puede ser real. Otros vendrán a decirnos que no, que nuestro tiempo pasó hace algunos años. Pero ahora no podrán evitar el futuro. Que me lo cuenten, todos ellos, que saquen de la chistera algún momento mágico.

Siguen sin querer merendar en las nubes, tampoco que les alargues el cable, ellas son así. No tienen necesitad de nadie hasta que la tienen. Sé que no esperan nada más allá de un mañana. Necesitan a gente para montar el Circo.

 Necesitan que te lances, que vengas  de cualquier manera, y montarlo. A su manera, el Circo. #TheShowMustGoOn


jueves, 12 de junio de 2014

Decisiones

Llegó Junio y, en el circo, todos decían los mismo, los chavales no vendrán, eran días raros. "Los mayores sólo traerán a niños que nunca podrán entender el riesgo; siempre van a querer ver la caída como en las pelis, pensando que el golpe no es de verdad". Los miembros del circo iban locos; querían maquillarse pero no tenían muy claro para qué.

Llegó la dueña y puso orden. "La Funambulista, a preparar el gran número, Agosto ya está aquí", "La Trapecista, lo mismo. Pensad el próximo número y ved que hacéis. Combinad". "Del Prestidigitador espero nuevos números". "Payasos, preparaos para rellenar entre acto y acto, pero sin números tristes. Hemos de evitar que se note el cambio entre funciones". "Acróbatas y malabaristas, más de lo mismo. Ellas son las que han de brillar". "No quiero tener que acabar vendiendo el circo".

La última frase fue la que más dolió, el resto sólo eran órdenes.






sábado, 7 de junio de 2014

Obrigado

La funambulista siempre quiso decir "obrigado", esperaba tener un público portugués. No busques explicaciones, con ella iba el fado. No era ser triste, era ser fado. Lo consiguió aquella noche, todos lloraron sin que ella se descolgara del cable, aguantó, aguantamos.

"Obrigrado", dijo.Y una vez más, nadie la supo entender. 

viernes, 6 de junio de 2014

Más circo

Eran días de descanso. El Circo estaba muerto. Las dos se lo tomaron con la suficiente calma, como para no dejar de ensayar. No importaba este standby, ni los días de demora. Seguían ensayando como hasta hoy, con la sola intención de perfeccionar la técnica. Siempre se lo decían "eres buena en lo tuyo", "me encantaría saber hacer lo que haces". Mientras, las dos iban maquillándose, haciéndose confesiones que no vienen al caso. 

Ellas vivían, no necesitaban nada más. Ni prestidigitadores, ni payasos cojos. Sabían dónde estaban. Las telas y los cables no les impedían ver el bosque. Algún compañero les dijo que se andaran con ojo, siempre hay alguno que te pone los pies en el suelo. Ellas seguían tranquilas, sabían que lo que estaban haciendo sólo llevaba a un número final. 

Se iban peinando, se aconsejaban. "Ya has salido demasiadas veces", "Me falta la última función", "Mañana no habrá nadie", "Nadie son demasiados", "No vas a querer escucharme", "No sé por qué seguimos hablando".

Las dejé justo en ese momento. Pero me enteré de que salieron las dos a escena. Nadie había, pero estaban todos. Todos las querían ver improvisar. No diré que fue el gran momento, pero no estuvo mal. 

domingo, 1 de junio de 2014

Sin Cable

Ser Funambulista está bien, aunque sea por ver a la gente aplaudiendo, aunque sea porque espera tu caída. Los duros a pesetas quedaron atrás, hoy sólo cuenta el más difícil todavía. Ya no hay versiones ni subtítulos, todos agradecían no tener que leer, sólo escuchar (ella no). 

Ella funambulaba, esperaba un rescate. Sabía que nunca vendría, las cosas de Lisboa iban lentas. Quiso acelerarlas, un instante, tampoco podía. Se dejó al margen, tampoco podía. Vendrían. 

Nadie vendrá a rescatarnos. Tampoco lo espero, ya sabes, estoy acostumbrada. Nadie será más que yo. Sigues sabiéndolo, no creo que sirva de nada. Seguiremos en tu pista de circo. Sabes que yo intentaré huir de ese espectáculo. Sabes que, igual, me querrás por eso. Sabes que igual me odiaré por ser tan comercial. 

Por eso escribo, porque no necesito ayuda. Sé lo que hay, nunca renegué del cable, tampoco renegaré cuando me lance a cruzarlo, sin él. Nos veremos al otro lado, siempre.




sábado, 24 de mayo de 2014

Que no

No quiero nada más. Sólo no tener que repetirlo otra vez. Que no estoy. Que me canso. Que no quiero nada. Que no puedo, ni quiero, más. Que es mayo-junio. Que es todo.

Lo voy a dejar estar. Lo demás supongo que seguirá vivo. Lo viviré. I promise. 

jueves, 15 de mayo de 2014

La...

La trapecista dormía. La funambulista se olvidó de todo y se dejó llevar. Ni engaños al público ni hostias. Tocaba salir y seguir extendiendo el cable de acero que ella misma se tendía hasta el otro lado. Hasta donde llegara, sin más. ¿Error? Sí, seguramente. Como casi todo, no había réplica tampoco.

Lo sentimos, no hay más historia. Es lo que hay. Disculpen las molestias.

sábado, 19 de abril de 2014

El mundo

"El mundo es todo lo que es el caso", eso dice alguno. Pero el mundo es eso que te rodea sin tenerlo previsto, sin avisos de ningún tipo. El mundo es eso que llama a tu puerta y es también lo que se queda fuera. El mundo es aquello a lo que te enfrentas y también lo que disfrutas. El mundo, ése al que según Mafalda, le duele el Asia, es también aquello que hace que te levantes por las mañanas. 

El mundo es todo, también lo que es el caso, pero va más allá y te envuelve, te absorbe y te dirige. Es eso que sabemos definir, como el tiempo, hasta que nos piden una definición. El mundo está, te lo encuentras y lo vives. Por eso cuando oigo frases del tipo "todo el mundo piensa...", o "el mundo está loco", o "todo el mundo es consciente" me entran ganas de volar a la cara oculta de la luna. 

Serán manías, que las tengo, o será ese generalizar que me asusta. Pero lo cierto es que, en el fondo, vuelvo, me reencuentro con él y, hay días hasta en los que pienso que el mundo no necesita que me baje para ser mejor. Hay días en los que el mundo se vuelve cómodo, con todo lo que eso conlleva, y me alegra. 

miércoles, 16 de abril de 2014

De funambulistas y trapecistas

La funambulista decidió que sí, que saldría a la pista. Pidió que no le pusieran redes, pretendía sorprender al público al ir sin el cable; la red sólo iba a servir para engañar al público. La trapecista pensó que no hacía falta eliminarlas, que todas las cartas estaban mostradas, ya no había nadie a quien engañar. El trapecio sería el mismo. Los que vinieran a verlas no podían esperar más que un rato de entretenimiento.

Las dos se preparaban en los camerinos y compartían sensaciones antes de salir a escena. La una se maquillaba los ojos para hacerlos más expresivos. La otra, hacía lo propio y pensaba en lo que sería saltar al vacío. Ninguna decía nada importante, eran los instantes previos a salir a escena.

Permitámosles dudar. Querer salir a escena y, al mismo tiempo, dudar si se va a poder aguantar hasta el final. Final incierto, esto es el circo. La trapecista pensaba que todo estaba controlado; la funambulista dudaba...

Estamos al final de la actuación. ¿Reencuentro? ¿Felicitaciones? ¿Aplausos? ¿Dónde están el cable y el trapecio? ¿Quién ha concluido la función?

P.D. ¿Quién?