martes, 3 de noviembre de 2015

Circ(s)

"Tinc por de tot", va dir el Volatiner. "Com ens passa a tots", contestà la Funambulista. "Res és segur, ni tan sols el fil; però cal confiar". Com fem tots. La màgia del Circ.

És (Ell) eixe truc que ens fa pensar "I per què no?!"




miércoles, 14 de octubre de 2015

Humedad

Siempre les gustó sentir la lluvia golpeando en la carpa del Circo. Era su pasatiempo favorito: mirar desde la ventana cómo se iba empañando el cristal de la caravana antes de entrar a escena. Allí lo dejaban cuando llegaba la hora de actuar, con todo ese ruido sordo que tanto les "acaronava".

Tendrías que ver su actuación en esos momentos. Salían alegres y encantadas, jamás se cansaban del repiqueteo de las gotas ni de los aplausos del público. Es más, aquellos momentos en escena daban aire para que las dos pudieran probar nuevas actuaciones para la siguiente semana.

Sí, los días húmedos eran los que más les gustaban. En todos los sentidos.


viernes, 2 de octubre de 2015

Suerte

Sigue el Circo, continúa la fiesta y las dos siguen tentando a la suerte. Mañana será otro día, les han dicho, mañana será volver a verte. Reencontrar ese tiempo de cable y trapecio, con más público, eso también. Suerte que mañana será mañana.

Suerte que ninguna la necesita.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Besos deshilachados

Las Dos se levantaron contentas porque se habían encontrado con un par de noches; pero noches de ésas que te dan aire para aguantar mientras preparas la nueva actuación.  Como resumen. Con todo su ritual, no os penséis, aunque con algunas complicaciones.

La puerta esperándoles para entrar. Justo al lado, el perchero listo para sus bolsos. Mismo ritual, ya os digo (el que les gusta): sacar de allí móviles y tabaco para ocupar la esquina perdida de la cocina, ésa que recibe algo de aire si abres todas las ventanas. La misma a la que siempre decide caer el gancho del trapo de secar los platos. ¿Qué más? ¡Ah, sí! La encimera de la cocina seguía intacta, esperando a que se sentaran, además, el ventilador dispuesto para prolongar la noche lo que hiciera falta.

Las vacaciones acababan de terminar; por eso llevaban algo de comida y alcohol para reponer la nevera. ¡Novedad! Ahí es dónde empezaron las complicaciones. La cocina parecía no querer funcionar, y, justo, un par de días antes, el cable se había roto provocando que la Funambulista cayera de mala manera. Nada grave, sólo un dolor en las costillas inesperado. Siguieron. Querían estar allí, alegres y encantadas.

Allí se quitaron los vestidos azules y luego... Bueno, lo que pasó después no os lo voy a contar (me lo dijeron en confidencia). Sólo necesitáis saber que les despertaron unos "besos deshilachados", así los llaman ellas. Resulta que son  esos besos que te dan cuando a la otra persona le apetece, sin orden, y sólo por ganas. Que te erizan.


P.D. Cuando sea, però ranteret a l'orella

viernes, 7 de agosto de 2015

Sombrilla

Ayer dijiste que no te lo dirían, que esperarían a escribirlo. Tenías razón, lo diré yo. Aunque tampoco voy a decir nada que no hayan dicho ya, que no te hayan dicho.

Siguen con el cable y el trapecio preparado; huelen el café y siguen escuchando de fondo la Ser, aunque sea agosto. Han de reconocer que esas nuevas costumbres que tienes de no madrugar ayudan. Levantarse tarde un jueves, aunque haya obreros intentando que no lo hagas, tiene su aquél. Algún día entenderás que tomarse un café a la una también es bien.

Eres un pesado, las dos lo saben, incluso tú, pero haces que sea graciosa esa manera de preguntar. Les gusta. Como también les gusta ese fingir que se cansan y ponen los ojos mirando al cielo. Me han dicho que hasta seguir horarios (ellas, ya ves), tiene su punto. Sentarse sobre una encimera de cocina nunca fue tan divertido como cuando esperan que se haga la comida y el número privado que les brindas. Ahora se me cae un trozo de tortilla o se me olvida apagar la cebolla y, ellas, mientras, aprovechan un ventilador que lleva su nombre.

Ah, también tenéis ratos de playa. Sol, qué susto para ellas. Nudismo, qué susto para ti. Lo mejor es cuando entráis en las piedras y de fondo se os escucha, "ai, quin susto, tots en conill", pero seguís colocando la sombrilla.



sábado, 25 de julio de 2015

Agradecidas

Cuentan las malas lenguas: "una de las dos se ha enamorado"; ya ves, como si no lo hubiéramos notado en el Circo. No se dedica a hacer propaganda del nuevo acontecimiento, no hace falta, con verla actuar tienes suficiente.

No, no busquéis, no hay ni riñas entre ellas, han encontrado el equilibrio; por una vez. La otra le acompaña en su locura, también se ha lanzado. Por una vez no hay cables, ni trapecios, ni duplicidades, tampoco ayeres ni mañanas (aunque los esperan, es cierto). Sólo esa sensación de salir al escenario y que el público responda, se sienten queridas.

¿Complicaciones? Todas. Pero eso ya es otra cosa. Ellas "presencian", viven el momento. Ellas "acontecen", aparecen sin pensarlo; "suceden", que es lo que cuenta.

Ellas son ellas y, además, tienen a alguien que les aguanta, a las dos. Eternamente agradecidas, aunque sólo sea por eso.


P.D. Y más.


lunes, 20 de julio de 2015

Sólo

Saber que mañana será... O no. Dejar las expectativas en alto. Comprender que lo bueno se hace esperar.

Esperar. No importa. Sólo necesitan una llamada al móvil. Sólo un "¿Cómo estás?" Que demanda recuerdos.

Sólo eso. Y es bien. 

miércoles, 1 de julio de 2015

Ola de calor

Todos, en el Circo, llevaban una semana inquietos. "Hoy no se podrá soportar estas temperaturas aquí dentro", "La primera ola de calor nos ha pillado desprevenidos". Todos se quejaban del calor. ¿Todos?

Ellas seguían preparando la función; llevando el ventilador hasta la cocina, si hacía falta. Preparaban nuevo salto o voltereta. Les gustaba, sí, mucho. Que entraran a verlas era la mayor recompensa. Dentro, hasta el último segundo; que entraran. Eso les hacía sentir aquello que jamás confesarán, me contaron.

Seguían pensando que el público se cansaría de ellas; que no había mucho más que mostrar y que todo aquello terminaría hartando al espectador. Era su única preocupación; el momento de ver la grada vacía. Había más espectáculos que visitar.

Mientras, continuaban preparando la función. Intentaban que la novedad fuera un aspecto más del número y que la última declaración tuviera algo de calado. Seguían bien, estaban contentas. Eso pensaban cada mañana al abrir los ojos; también "¿cuándo será la próxima actuación? ¿Hará calor?".

Les esperaban con ganas, sin preocuparse por el resto del mundo. No había nada que ocultar, tampoco que contar. No había porqués que dieran una clave concreta ni un "y todo eso pasó", más allá de citas o recuerdos; Ella(s), simplemente, lo vivieron.

Esperaron tal y como no se les había prometido  y, Quién sabe? Igual? #PoquesGanes #JaHoEscric

miércoles, 3 de junio de 2015

Heidegger tenía razón

Saber que habrá encuentro, o preparar el acontecimiento, sólo tiene sentido cuando sabes que lo vas a vivir. Diga Heidegger lo que diga.

No se trata de desdecir teorías, de encuentros y azares, de mañana quedaremos. Se trata de saber que lo que se dice a las dos de la mañana, convence igual a las diez de la noche; porque sí, porque madrugar no es gratificante, pero tiene ese punto de realidad-ficción que siempre han añorado.

Gustan las dos de saberse deseadas, incluso queridas. Saben que todo es efímero. No buscan una antítesis al estilo hegeliano, tampoco una síntesis que pueda solucionar todos los problemas con la síntesis; tan sólo el acontecimiento.

Sólo lo preparan, como cada actuación, sólo esperan que ocurra. Lo gracioso, después de todo, es que Heidegger tenía razón: el Dasein estaba listo.


sábado, 23 de mayo de 2015

No hay problema

De cuando en cuando, vale la pena levantarse de la cama y escribir. Hay noches en las que recordar es una obligación. También, hay otras, en las que se quiere apagar un reloj-despertador. Mañanas en las que la luz que marca la hora desaparece. Pilas nuevas, dicen que faltan, reloj estropeado en su defecto. Cambio.

Hay ratos de ensayo y acierto, lo del error lo dejamos para más adelante. Llegará, claro, pero las dos están pensando en lo demás; en las ganas de tener un domingo y lo largos que se hacen los miércoles. En las ganas de tener un despertar con la Ser y lo largos que se hacen el resto de días.

¿Solución? Ninguna, porque no hay problema.



sábado, 16 de mayo de 2015

Si supieras...

"Imagina que te beso y no te giras" y, además, "tu ropa es mi peor enemiga". Lo gracioso es que no necesitan pantalones que se tiran al suelo ni sujetadores que aparecen debajo de la cama. No quieren nada más que una puerta que se abre en un quinto piso (y casi sin llamar); una radio descodificada y una mañana con prisas, que se hace tarde. Tarde para el resto. Porque, entre la colcha roja, está todo dicho. Hecho.

"Si supieras lo que te miro a escondidas".

sábado, 18 de abril de 2015

Ratos

Ratos de no tener prisa, existen. Da fe la Funambulista. También hay otros en los que preparan toallas, por si acaso. ¡Qué coño! También, otros, en los que la colada felicita algún momento de la noche anterior, y sale limpia.

Por lo que saben ellas, una más que otra, hay ratos en los que si se chilla, no pasa nada. Nada salvo todo, claro. También tienen alguno de silencio absoluto en los que mirar nunca está de más. Se notan observadas, y les gusta. Poder mirar a unos ojos que te están mirando desde hace un tiempo siempre es una ilusión.

Sí, gastan sus minutos en cosas pequeñas, como papeleras de baño con bolsas o toallitas, saben que las tienen, que están ahí. Son. Alguien ha tenido que ponerlas ahí. No sueñan, ya lo sabemos, con nada que se pueda escapar de sus dedos; y esas pequeñas cosas les alegran la vida.

Lo mismo es el café que sale tarde y silencioso de una cafetera que una mañana con la Ser. Parecido a una noche de buscar contacto, de ronquidos, de buscarse. Decían que esos ratos se asemejaban mucho a llamar a una puerta y que te la abriera la persona que buscabas.

Sin prisas, con ganas, respirando hondo y saltando... En el Cable.

lunes, 6 de abril de 2015

Sin prisas

El Payaso Interino vino a sustituir al Cojo, las dos lo agradecieron. Aquel ser no tenía luz, no quería seguir avanzando con el Circo; fueron, suponían, demasiados los momentos en los que el público no había aplaudido ante su actuación. 

Ahora había llegado un sustituto, Interino, se hacía llamar. Las dos le dieron la bienvenida al Circo y pensaron "ya era hora de que llegara algo así". La Trapecista seguía con sus cosas, mientras que la Funambulista no dejaba de preguntarse, por primera vez en mucho tiempo, cuál podría haber sido el número que había llevado a este Payaso al Circo. 

Encuentros y azares, imaginaba ella. El tiempo fue dictaminando las actuaciones, poco a poco, y sin prisas. Sin saber cómo, el Interino y Ella se encontraban en algún rincón del Circo que sólo estaba reservado para los artistas. Playas, cuando actuaban en público; Camerinos, cuando la prisa urgía. Noches, cuando necesitaban más tiempo. Mañanas cortas, cuando había prisas. Desayunos de verdad, cuando no había relojes. Sin prisas. 
  
Resulta que no era un Payaso Interino. Al final, iban a hacerlo Funcionario. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Resumir

Quizá, como resumen, se quedaban cortas y nunca sabían qué tecla tocar. Siempre quedaban frases no dichas o un "y yo más" cuando miraban al público. No solían contar sus historias mientras tenían por delante a un Prestidigitador, un Saltimbanqui, un Ilusionista y la Dueña cerrando el espectáculo en la pista.

Hacían su número en la función y se recogían. Los aplausos del público eran secundarios, pero se emocionaban al sentir la pista llena de espectadores. Ya lo sabéis, nunca quisieron ser las protagonistas, pero seguían sin despreciar un buen aplauso.

Por lo que sé de ellas, en el Circo, siguen vivas. Intentan sorprender cada noche y buscan nuevos números para sorprender a la gente; que vayan al Circo y no se quieran ir de allí.

De momento, el público es fiel. Cada nueva actuación soporta sus risas y sus desmanes. Las dos se mueven alegres y encantadas por emocionar. Para eso han venido; para hacer acrobacias dentro de una nueva escena que se plantea algo más complicada de lo que decían por ahí.

A pesar de todo, saben que el público les sigue, por eso están felices. No necesitan más, dicen. The show must go on, suponen. Quieren que el Circo siga vivo, aunque sea a cambio de nada. Cueste lo que cueste.

¿Quién sabe? Igual no era tan sencillo resumir. 

lunes, 23 de marzo de 2015

Lluvia

"Mañana me escribirás lo que no te atreves a decirme ahora", le decían a la Funambulista. No era eso, aunque también, la iban conociendo. Era, más bien, una necesidad de procesado de información y un controlar por dónde andaban los cables tendidos, dejar respirar y disfrutar los momentos intensos. Luego, vendría la lluvia.

Ya ha dicho que, entre miradas cruzadas, no sabe manejarse; pero, también es cierto, que iba haciendo sus pinitos en las últimas actuaciones. Cables y cuerdas, cintas y antifaces. Focos encendidos sin que ella sea consciente de ello y pida explicaciones absurdas. De ésas de dos y pico de la madrugada. Ojos que reconoces sólo si se cierran al reír, con todas esas pestañas, o te miran y piensan que no lo notas. Ojos que no son grandes, pero sabes que te recorren cuando hay un silencio y que te producen ganas de besar bocas, una en concreto. O de abrir la tuya. Que también tiene lo suyo. La Funambulista se guarda ese momento para ella. Disculpen las molestias.

Al final, iba a resultar que tenían razón. Necesitaba un tiempo y escribir, para poder reaccionar. Estaba contenta y, además, llovía.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Hay

Hay tardes que se hacen noches y noches que nacen mañana entre el sonido de fondo. Hay almuerzos olvidados que vuelven. Hay días en los que se tiende la colada.

Hay silencios que no necesitan traducción. Hay palabras que no llegan a explicar lo que se siente del todo.

Hay días en los que una no comprende por qué se arrastra por el mundo y vuelve a vivir. Con ganas.

Hay, también, momentos escandalosos y otros que sudan almohadas. Hay dedos que despiertan a gritos y otros que prefieren el silencio de una cama. 

"De todo hay", dicen. "Hay", aunque nunca sepan cómo escribirlo. O pronunciarlo. Pero están seguras de quererlo.

domingo, 22 de febrero de 2015

Pequeños números

Saber transportar la atmósfera de una habitación a una casa, como si nada hubiera sucedido, fue su victoria.

Poder no decir nada, disfrutar del silencio compartido, supuso una comodidad que pocas veces habían encontrado.

Mirarse a los ojos, incluso buscar la mirada, cuando se ponían escandalosas, resultó ser un logro por parte del espectador. Ponía mucho de su parte; sabía qué hacer cuando ellas estaban nerviosas.

Pequeños números, dirán algunos, pequeñas andanzas de una Funambulista y su circo. Para ellas, era como conseguir la dedicatoria del libro de su autor preferido. 

sábado, 14 de febrero de 2015

Contrato indefinido


La sensación que tenían era como de vuelta al hogar, al principio. Sólo podían servirse de sus piernas, medio en el aire. Era un volver a empezar. Estaban preparadas para el rechazo del público, pero también dispuestas a esperar su turno, si tenía que llegar. Sin prisas; nunca les había gustado el "en dos minutos estáis en escena". 

La Dueña lo sabía y no había mucho más que explicar. Entre todas habían pensado cómo hacer el número final. No iba a ser fácil, quizá no se produjera; ellas sólo pedían estirar las piernas. 

Lo importante es que las dos querían seguir en el circo, adaptándose a las diferentes situaciones; esperando no resultar aburridas o pesadas. Lo habían hablado con la Dueña y ella les daba carta libre. De momento, todo estaba en orden.

Seguirán, por lo visto, haciendo esos malabares y cabriolas que tanto les gustan. Alegres y encantadas, expectantes también, de la respuesta del público. Pero lo único que está claro es que si la Dueña las mantiene en cartel, aceptarán el contrato indefinido. 


domingo, 8 de febrero de 2015

Bonito

Saber que no estaban solas era bonito, aunque lo bonito eran los pequeños detalles. Un buenos días al despertar o un cómo va todo a media tarde. Entre ensayo y función, siempre se podía sacar rato para aprovechar y hacer un picnic entre cuatro paredes.

Bonito era no contar minutos ni acordarse del móvil. Bonito era madrugar, aunque fuera un martes. Bonito era volverse locas con las cortinas corridas a las cinco de la tarde. Bonito era apagar una luz para abrir una ventana. Bonito era que una rampa interrumpiera. Bonito era cuando se ponían escandalosas y despertaban al resto del circo.

Bonitas eran muchas cosas, pero Bonito era... Él.


jueves, 5 de febrero de 2015

Ahora

Las dos tenían muy claro cuál era el siguiente número. Ahora que sus dos espectáculos estaban unidos, sólo había una salida. Mientras una hacía contener el aliento desde el cable, ése que siempre había estado preparado para ella, la otra tenía las telas dispuestas para prepararle el camino hasta el suelo.

Ya no había líos entre la Funambulista y la Trapecista, el objetivo estaba claro. Ahora una arriba, después, la otra recogía los restos del espectáculo. Estaban compenetradas, una se dejaba llevar por el cable y la otra controlaría la posible caída. 

Las dos iban en la misma dirección, aquello sí que fue un cambio; no importaba la escena: una playa, una carpa de circo o un hotel. Ambas sabían cómo rescatarse al terminar la función. Tampoco tenían otra salida. 

jueves, 15 de enero de 2015

Y todo se apaga. O no

Estaban esperando el número final, pero sabían que nunca iba a producirse; ya se sabe, lo que hoy es terremoto, mañana son sólo daños colaterales.

Algunos pensaban que la vela se apagaba, ellas pensaban que no se había encendido la mecha. Todavía.