Todo son ganas: de descubrir, de probar, de soñar con un futuro diferente, de intuir lo que está por venir. Todo son intentos por prolongar un momento que ha decidido no terminar.
La noche se convierte en mañana, la mañana, en tarde. La tarde en más tarde todavía. Todavía sigue existiendo. No se quiere terminar lo que ha empezado sin querer. Una ducha como excusa, un baile lento en medio del comedor, una sábana mal colocada, una canción que suena en el momento oportuno...
Cuando se quiere, todo puede ser.