sábado, 18 de abril de 2015

Ratos

Ratos de no tener prisa, existen. Da fe la Funambulista. También hay otros en los que preparan toallas, por si acaso. ¡Qué coño! También, otros, en los que la colada felicita algún momento de la noche anterior, y sale limpia.

Por lo que saben ellas, una más que otra, hay ratos en los que si se chilla, no pasa nada. Nada salvo todo, claro. También tienen alguno de silencio absoluto en los que mirar nunca está de más. Se notan observadas, y les gusta. Poder mirar a unos ojos que te están mirando desde hace un tiempo siempre es una ilusión.

Sí, gastan sus minutos en cosas pequeñas, como papeleras de baño con bolsas o toallitas, saben que las tienen, que están ahí. Son. Alguien ha tenido que ponerlas ahí. No sueñan, ya lo sabemos, con nada que se pueda escapar de sus dedos; y esas pequeñas cosas les alegran la vida.

Lo mismo es el café que sale tarde y silencioso de una cafetera que una mañana con la Ser. Parecido a una noche de buscar contacto, de ronquidos, de buscarse. Decían que esos ratos se asemejaban mucho a llamar a una puerta y que te la abriera la persona que buscabas.

Sin prisas, con ganas, respirando hondo y saltando... En el Cable.

lunes, 6 de abril de 2015

Sin prisas

El Payaso Interino vino a sustituir al Cojo, las dos lo agradecieron. Aquel ser no tenía luz, no quería seguir avanzando con el Circo; fueron, suponían, demasiados los momentos en los que el público no había aplaudido ante su actuación. 

Ahora había llegado un sustituto, Interino, se hacía llamar. Las dos le dieron la bienvenida al Circo y pensaron "ya era hora de que llegara algo así". La Trapecista seguía con sus cosas, mientras que la Funambulista no dejaba de preguntarse, por primera vez en mucho tiempo, cuál podría haber sido el número que había llevado a este Payaso al Circo. 

Encuentros y azares, imaginaba ella. El tiempo fue dictaminando las actuaciones, poco a poco, y sin prisas. Sin saber cómo, el Interino y Ella se encontraban en algún rincón del Circo que sólo estaba reservado para los artistas. Playas, cuando actuaban en público; Camerinos, cuando la prisa urgía. Noches, cuando necesitaban más tiempo. Mañanas cortas, cuando había prisas. Desayunos de verdad, cuando no había relojes. Sin prisas. 
  
Resulta que no era un Payaso Interino. Al final, iban a hacerlo Funcionario. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Resumir

Quizá, como resumen, se quedaban cortas y nunca sabían qué tecla tocar. Siempre quedaban frases no dichas o un "y yo más" cuando miraban al público. No solían contar sus historias mientras tenían por delante a un Prestidigitador, un Saltimbanqui, un Ilusionista y la Dueña cerrando el espectáculo en la pista.

Hacían su número en la función y se recogían. Los aplausos del público eran secundarios, pero se emocionaban al sentir la pista llena de espectadores. Ya lo sabéis, nunca quisieron ser las protagonistas, pero seguían sin despreciar un buen aplauso.

Por lo que sé de ellas, en el Circo, siguen vivas. Intentan sorprender cada noche y buscan nuevos números para sorprender a la gente; que vayan al Circo y no se quieran ir de allí.

De momento, el público es fiel. Cada nueva actuación soporta sus risas y sus desmanes. Las dos se mueven alegres y encantadas por emocionar. Para eso han venido; para hacer acrobacias dentro de una nueva escena que se plantea algo más complicada de lo que decían por ahí.

A pesar de todo, saben que el público les sigue, por eso están felices. No necesitan más, dicen. The show must go on, suponen. Quieren que el Circo siga vivo, aunque sea a cambio de nada. Cueste lo que cueste.

¿Quién sabe? Igual no era tan sencillo resumir.