domingo, 22 de febrero de 2015

Pequeños números

Saber transportar la atmósfera de una habitación a una casa, como si nada hubiera sucedido, fue su victoria.

Poder no decir nada, disfrutar del silencio compartido, supuso una comodidad que pocas veces habían encontrado.

Mirarse a los ojos, incluso buscar la mirada, cuando se ponían escandalosas, resultó ser un logro por parte del espectador. Ponía mucho de su parte; sabía qué hacer cuando ellas estaban nerviosas.

Pequeños números, dirán algunos, pequeñas andanzas de una Funambulista y su circo. Para ellas, era como conseguir la dedicatoria del libro de su autor preferido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario