lunes, 11 de octubre de 2010

Visita guiada

Volver a casa nunca me había parecido tan sugerente. Pero esta vez ha sido distinto, volver a ver las caras de siempre, pero cambiando mi situación personal. Ha sido bonito volver por unos días y fingir que nunca me he ido.
Aún no he tenido tiempo de echar de menos, pero volver nunca está de más. Reconocer olores en casa, abrazar a mi madre, hablar con mi padre o fumar con mi hermana mientras de fondo se escucha música árabe y con velas como única fuente de luz con la que mirarle a la cara (como demostrando que aún sigues en Granada, que la vuelta no es definitiva).
Pasear por las calles de siempre, ver grandes avenidas que dejan a la Gran Vía granadina como una estrecha calle del Carmen, volver a los cafés solitarios, visitar a los amigos, retomar conversaciones que siempre quedan inacabadas... son sólo algunos de los placeres que se pueden experimentar únicamente habiéndote ido, aunque sea temporalmente.
Bonito, corto e intenso. Como debe de ser.

1 comentario:

  1. Querida Maria! Acabo de leer tu comentario en el blog, y créeme, ojala supieras qué me pasó. Te lo contaré (en otro sitio). Tu última entrada me ha puesto los pelos de punta, lo consigues casi siempre. Me encantas muchísimo. Tengo ganas de verte, abrazarte, escuchar tu voz y reirme contigo. Añoro encontrarte sentada en el suelo, o en una silla del agujero, apoyando tu espalda sobre la pared...Añoro tu pelo rojizo, tus gafas moradas y tu pequeña nariz. Tengo ganas de ti.
    Venía en realidad a escribirte un poema, este curso, estoy aprendiendo cosas nuevas para mí, aunque conocidas para ti. Pero estoy inquieta, intrigada y con ganas de más. Es un poema de Rodchenko con el que me despido. Te lo dedico:

    Son las dos
    estarás en la cama
    O tal vez
    tú también andes mal.
    No hay prisa,
    y con urgencias de telegrama
    no tengo
    porqué
    despertarte y molestar


    PD: Mándame tu dirección de Granada YA!

    ResponderEliminar