martes, 5 de marzo de 2013

Fin del contrato

Fui a encontrarme con ella porque me había mandado varios mails, y alguna que otra carta, diciéndome que teníamos que hablar sobre mi aumento de responsabilidades y dónde podría encontrarla. Del sueldo, ya hablaríamos en otra ocasión. No defraudé a la jefa. Aquella tarde puse todo mi empeño en cada paso: me duché y peiné (para variar), elegí la ropa e incluso me maquillé un poco; después, me encaminé a su oficina.

No sabía cómo reaccionaría, tampoco cómo se lo diría. Construía monólogos en mi cabeza, incluso diálogos, que terminaba rechazando por inverosímiles. Pretendía asumir la inminencia de sus ojos a tan sólo un metro de mi cara, centrados en los míos, y nuestras reacciones.

No me hizo esperar, de hecho, me abrió los brazos cuándo me vio llegar por aquella puerta estrecha de la oficina. Hipócrita, me preguntó que cómo estaba y qué andaba haciendo. Yo ya lo intuía, todos aquellos diálogos imaginarios no se corresponderían con la realidad de después. Esfuerzo inservible, me repetía mientras le tendía la mano. Eres gilipollas, le decía por dentro al darle los dos besos.

Allí estábamos, la una frente a la otra y yo nerviosa por la entrevista. No le había hablado a nadie de nuestro encuentro, primer error; y no pensaba contar los detalles tampoco, segundo. Expectante por lo que la jefa quería delegar en mí, sólo pensaba en estar erguida, que las manos no me temblaran y conseguir hablar con esa gracia que se finge en todas las entrevistas.

"No falles, que no es el momento", "Piensa que de tus ahoras depende tu futuro..." Y yo seguía allí sin saber qué maravillas contarle sobre mí a esa señora para engañarla.

A diferencia de muchos españoles, no luchaba por un contrato indefinido, sino, más bien, por un despido. Buscaba un "hasta siempre, te echaremos de menos" y una recomendación que llevarme bajo el brazo; ésa que asegurara que Soledad ya nada tenía que hacer conmigo en su empresa, que no había conseguido exprimir lo mejor de mis mejores años... Buscaba una carta que dijera que seguía siendo apta para todo, menos para ella.





3 comentarios:

  1. (L)

    Com sempre a les teues entrades, el misteri queda revelat en l'últim segon. Saps qué? m'encanta el misteri.

    Muac(K)

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  2. I a mi m'encanta que t'encante...

    Bes gran, reina mora!! Gràcies per seguir ací estant tan lluny!
    M.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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