viernes, 15 de febrero de 2013

Habrías de verme

Otro visitante, pero éste con la alegría marcada en la cara; no todo iba a ser penas y sinsabores. A veces, nos encontramos en cualquier sitio pidiéndonos explicaciones. Él me cuenta lo que ha ido haciendo y yo hago lo propio explicando que mi vida, aunque nos suene raro, también tiene luces. 

Algunas noches, cerramos los bares. Otras, nos acostamos antes de que el cuco cante las doce. Juntos, pero no revueltos. O sí, de todo tenemos. Entre momento y momento, nos vamos poniendo al día. 

Le conté ayer que seguía sonriendo porque ya no sabía cuándo encontraría una sonrisa de vuelta. Él me dijo que no hacía falta que esperara, que la suya ya estaba de camino. Impidiéndome imaginar que no había salida.

Tratamos de mantenernos a flote el uno al otro e intentamos desenvolvernos en varias dimensiones (la suya, la mía, la nuestra, la de nadie). Salir victoriosos. Él suele ganar, pero es que yo algunas noches me canso; aunque no todas, sólo las que sé perdidas sin remedio. El resto, la mayoría, habrías de verme...


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