lunes, 19 de abril de 2010

Primer día (des)equilibrado

Y aquí empieza todo. Me gustaría decir que ha sido fácil, pero estaría mintiendo ya que he necesitado dos horas de intentos para crear la cuenta, pelearme con la tecnología y maldecir contra algún dios que creó el blog y olvidó darme el don para que yo pudiera entender su funcionamiento.

Supongo que cabe preguntarse qué hago aquí si la tecnología y yo no nos llevamos muy bien.
La primera respuesta que me viene es que hay que evolucionar...aunque no me la creo. Creo más bien que tengo la necesidad de contar lo que me pasa, los desequilibrios que día a día me acompañan, las noches en vela y los amaneceres que amenazan con no llegar nunca; contarlos, pero sin ser vista, como desde una especie de ángulo muerto desde el que ver el mundo sin que él me vea a mí.

Básicamente esa es la única respuesta válida, aunque podría añadir que este blog es un intento de lograr el equilibrio que hace unos años dejé atrás y que pretendo recuperar aunque me lleve algún tiempo; ese equilibrio que pedía Aristóteles que sólo me parece una broma de mal gusto cuando miro mi vida y siento que todo está patas arriba.

En definitiva, no tengo muy claro si conseguiré el equilibrio, ni tan siquiera si lo quiero tener. Los polos extremos siempre son mucho más divertidos y el riesgo que implican mucho más emocionante... Bucaré el equilibrio pero a mi manera, de modo que lo buscaré cuando lo necesite pero lo rechazaré cuando me canse de él. Simplemente se trata de vivir y si tuviéramos el equilibrio garantizado, ¿dónde se encontraría la emoción de los nuevos despertares, de los sueños y los fracasos? ¿Dónde los días de no querer salir de la cama y los que daríamos todo lo que tenemos para que no acabaran nunca? De modo que sí, equilibrio pero del que nos hace sentir bien, no del que nos aleja de la vida que queremos y de lo que nos gusta simplemente porque alguien dice que eso no es lo que se debe hacer.

He de advertir que si lo que buscas es un final feliz, relatos alegres y cosas profundas...creo que te has equivocado con éste. Puedo pronosticar que la mayoría de los textos serán tristes, melancólicos, amargos e incluso repetitivos, pero ¿qué se puede esperar de alguien como yo, que tiene un Koyanisquatsy como Vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario