sábado, 31 de julio de 2010

Sambori


Como Oliveira y La Maga, ellos caminaban sin buscarse pero sabiendo que andaban para encontrarse. Les gustaba descubrirse entre la multitud y fingir sorpresa al verse cada nueva vez. También ellos jugaban al cíclope cuando sus caras se iban acercando y se planteaban que no era posible estar aquí para no poder ser. Buscaban acertar en la siguiente tirada y caer en el Cielo de la rayuela mientras seguían saltando de número en número con la única seguridad que daba la mano del otro cuando le servía de apoyo.
No estaban en París ni se reunían el Club de la Serpiente ni tampoco tenían la vida bohemia con la que siempre habían soñado, pero dentro de la normalidad trataban de buscar esa chispa diferente que los hiciera únicos.
Visto desde la distancia, no dejaban de ser esos ilusos que creen ser distintos, que se sienten afortunados y compadecen al resto de los mortales por no tener lo que ellos poseen; aunque aquello que tienen, o creen tener, no dura para siempre.

4 comentarios:

  1. ai...sabes que sí.


    Por cierto, y sin que venga a cuenta, me gusta mucho más tu blog con la nueva estética. Oh! yeah!

    ResponderEliminar
  2. Tú siempre tan mona, aunque sea desde tan lejos... Ya sabes lo que dicen, renovarse o morir!!

    Besotes,corazón!!

    ResponderEliminar