lunes, 10 de mayo de 2010

Instantes

¡Menuda noche la de aquel día! ¡Menudo concierto y menudo cantautor!

Por unos instantes fui feliz y sin fingirlo... me lo pasé bien en la boda, aunque fuera disfrazada, me sentí bien con la gente y el ambiente animaba a tener Esperanza. Cuando volví con los demás a bailar y fumar puros, cambiada y con ropa corriente, no quería irme, quería seguir bailando y sin saber por qué.

Pero me fui y aparecí en otro mundo. En un bloque de edificios donde Ismael Serrano nos iba contando lo que sabía de sus vecinos. No sé por qué su madre le dice que no hable tanto...eso es lo que le distingue de otros. Con humor hizo denuncia social, nos dijo que debajo de los adoquines no había arena de playa; que una señora mayor emprendía la huída (aquélla que hizo con su marido muchos años atrás); que intentó escribir una canción para enseñar a vivir a un recién nacido y se dio cuenta de que sólo era su aprendiz; que muchas veces nos callamos las mejores palabras (los "te quiero" se quedan en la punta de la lengua) y, además, nos recordó que lo importante es acordarse de vivir.

Volví a ser feliz sin remedio, y ya iban dos veces en un día. Por una vez, gané la partida. Llevaba días jugando a ser feliz y durante unos instantes lo fui sin darme cuenta.

Me ha dado fuerzas para esta época, donde Bacca y Kant van a bailar una conga en mi cabeza, mientras Foucault me dice al oído que existen animales "que de lejos parecen moscas", que "se agitan como locos" y otros que están "dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello" según una enciclopedia china. A la vez, escucho de lejos a María Zambrano diciendo que el filósofo mantiene la esperanza y que la filosofía le ayuda a prepararse para la muerte, con ella alcanzará la idea. Pero que no me olvide: filosofía sí, pero a costa de cuánta renuncia.

En esta mezcla de voces, pasos de baile y noches sin dormir...Filosofía. No una filosofía de la bonita de hablar en los bares, sino filosofía de libros y más libros, de horas de estudio y de incomprensión. Filosofía que se estudia en el Cronos mientras una necesita el Aión para entenderla. Horas que se escapan leyendo sólo dos páginas para entender la mitad. Aión desacompasado que suplica más horas a Cronos y que éste, implacable, nos lleva por el "carnaval del tiempo".

En fin, horas de estudio y remordimientos por no haber estudiado lo suficiente; noches de insomnio por lo que ha de venir... época de exámenes al fin y al cabo.

1 comentario:

  1. Me encanta esta última entrada María, qué bonito te ha salido...Es increible como a veces sin saberlo te auto-descubres sumida en la felicidad, con una sonrisa de oreja a oreja interna o externa. Esos mmentos son geniales, y aunque se disipen en el próximo pestañeo, han sido reales. Otra cosa es jugar.
    No conozco a Ismael Serrano, nunca me he parado a escuchar su música pero creo que ahora mismo escribo su nombre en el buscador del Ares y le doy al enter. Me has incitado. Veremos qué descubro.
    Kant, Bacca, Foucaut, María Zambrano...disfrutemos,bailemos y desnudemos a Cronos mediante luchas locales.
    Esta noche toca el prefacio de Las palabras y las cosas. Toca otra de cine antes de su muerte? Un abrazo María. Gracias por esta entrada. Suenas dulce y bien...
    Me gusta tu voz.
    Iris**

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